LA ARTESANA CRISTINA MEYER NOS ILUSIONA CON SUS NUEVAS VERSIONES DE CERáMICA ESMALTADA TRADICIONAL

Con tan solo cuatro años, Cristina Meyer ya dedicaba su tiempo a crear figuras con el barro. Sin duda el mejor punto de partida para una trayectoria como escultora y ceramista que no cesa. Hoy la artista catalana sigue experimentando con las infinitas posibilidades de la alquimia de la tierra y los minerales para ofrecer unas piezas artísticas que desprenden emociones.

Sus estudios estuvieron siempre relacionados con el arte y la artesanía. Estudió escultura en talla de madera y cerámica en la escuela de arte y diseño Lotja, para después trasladarse a La Bisbal del Ampurdán (Gerona), donde se especializó en técnicas ancestrales con maestros ceramistas. Ha trabajado en el Museo de Terracota Joan Cots, así como con los destacados ceramistas Manuel Keller, Dolor Ros y Cerlets Torrent. Nunca ha dejado de adquirir conocimientos sobre las posibilidades de la cerámica en casa y los tipos de cocción que han existido a lo largo de la historia y en diferentes puntos del planeta –artesanías ancestrales, neolíticas y primitivas, pero también ibéricas, de la india o japonesas–. Además, como puedes ver en las piezas que te mostramos aquí, experimenta con barros y minerales de distintos procedencias: tierra volcánica, arena, porcelana, gres...

Sus fuentes de inspiración han sido innumerables. Y eso se percibe en la riqueza de sus obras. Porque da igual el tamaño o su función, todas ellas poseen alma. Desde jarrones y esculturales ornamentales hasta cuencos, fuentes o juegos de café. Y también lámparas. Muchas de ellas nos muestran siluetas orgánicas, algo caprichosas, que evocan la propia naturaleza; y otras veces nos hablan de formas primitivas e incluso de diseños abstractos donde se reinterpretan figuras reales.

«Para mí, uno de los aspectos más fascinantes del arte cerámico es el uso de esmaltes que añaden color, brillo y profundidad a cada pieza. Cada obra de cerámica es única y gracias a los esmaltes podemos experimentar posibilidades infinitas», afirma la artista Cristina Meyer, que emplea, como los antiguos alfareros, cenizas vegetales que contienen ingredientes químicos como cuarzo y aluminio, en diferentes porcentajes, para colorear sus piezas. Al entrar en contacto con el fuego se consigue una especie de vidriado natural que aporta unos brillos y unos colores exclusivos a cada obra cerámica.

Cristina afirma que su mayor aprendizaje ha sido la posibilidad de aplicar todas esas técnicas en su faceta como docente de arte en diferentes centros, donde se involucra en el día a día con cientos de niños y niñas en el desarrollo de su creatividad. Además, muchos de sus trabajos han sido expuesto en espacios públicos como la Galería Arcos de Cuchilleros en la Plaza Mayor de Madrid, la Galería Home en Barcelona, la Feria de Freiburg en Alemania o el Festival de Adams en Itevoor, Países Bajos.

@cmeyer_handmade

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