PETRO ORDENA "OFENSIVA TOTAL" CONTRA DISIDENCIAS DE LAS FARC

El presidente de Colombia, Gustavo Petro, aseguró en un mensaje en su cuenta de X que "la ofensiva contra el Estado Mayor Central (EMC) en el Cauca debe ser total", después de cuatro días de intensos enfrentamientos entre el Ejército y disidencias de las FARC en el suroeste del país.

La escalada de violencia ha puesto en duda la política de paz total del Gobierno y el futuro de las negociaciones con ese grupo armado, al que Petro calificó como "asesinos del pueblo y traficantes", y que el EMC respondió señalando que dicha actitud "cierra las puertas del diálogo y la paz".

"Su verdadero rostro no dista mucho del de gobiernos anteriores. 'Mal paga el diablo a quien bien le sirve'", indicaron los guerrilleros en un escrito publicado -también- en X.

Los combates entre el Ejército y el grupo Carlos Patiño de las disidencias de las FARC comenzaron el jueves, después de que los militares abatieran a tres guerrilleros y detuvieran a otros cinco en el municipio de Argelia (Cauca).

En esos combates murieron los soldados Jorge David Fuentes, Javier Sosa Ballesteros y Camilo Andrés Molina, mientras que otros tres resultaron heridos. Uno de ellos, el soldado Jairo Urrego David, murió en un hospital de la zona, elevando a cuatro el total de militares fallecidos en estos enfrentamientos.

Este resultado ha sido motivo de reproche entre ambas partes: el grupo armado denunció que los cuerpos habían sido abandonados por las autoridades en la zona de combate, mientras que el Ejército informó el domingo que ya habían sido recuperados tras el mejoramiento de las condiciones meteorológicas, pero que habían sido "profanados" por los insurgentes.

ESCALADA PREVISIBLE

Desde hace meses el Cauca se ha convertido en una constante escalada de tensión, por lo que estos enfrentamientos y el recrudecimiento de la violencia eran "previsibles", comentó a la agencia EFE el politólogo de la Universidad Nacional Alejo Vargas.

El experto cree necesaria "una política de búsqueda de acuerdos por la vía negociada, pero acompañada de un fortalecimiento de la política de seguridad", porque de lo contrario, "estos grupos irregulares en cualquier momento consideran que pueden hacer cualquier tipo de expresión de violencia y no pasa nada".

El cañón del Micay y corregimientos como El Plateado, en el municipio de Argelia, se han convertido en uno de los escollos de las negociaciones de paz entre el Gobierno y el EMC.

Ésta es una zona, como muchas otras del país, donde la presencia del Estado es simbólica, no solo militar, sino social y económicamente, por lo que los grupos armados tienen poder y autoridad territorial.

"Por supuesto (es necesaria) mayor presencia de efectivos, pero con mayor capacidad de juego", por ejemplo helicópteros, pero también "una presencia importante de política social en ese territorio, porque la presencia del Estado no es solamente la presencia militar, es también la presencia civil" para "disputarle en el territorio la legitimidad estos grupos ilegales", afirma Vargas.

EL ATOLLADERO DE LA PAZ

El Gobierno y el EMC instalaron en octubre pasado una mesa de negociación de paz que, desde el principio, fue turbulenta, hasta que en abril saltó por los aires después de que el grupo armado se fragmentara en dos por discrepancias sobre el cese el fuego -suspendido por el Gobierno en tres departamentos: Cauca, Nariño y Valle del Cauca-, por los ataques de esa guerrilla contra comunidades indígenas.

Por una parte quedaron los disidentes del suroeste, con el apoyo del hasta ahora jefe máximo del grupo, alias "Iván Mordisco", que para seguir las negociaciones pedían retomar el cese el fuego en esos tres departamentos.

Los disidentes del este del país y del Magdalena Medio fueron por otro lado y decidieron seguir en la negociación, oficializando la escisión de la que era la mayor disidencia de las FARC, formada en su mayoría por guerrilleros que nunca llegaron a firmar el acuerdo de 2016.

A pesar de la complicada situación, la puerta a la negociación no debería cerrarse, concluye Vargas, pero -insiste- con una política de seguridad y de presencia mucho más contundente, porque sino "estos grupos armados no van a asumir con seriedad" el diálogo.

ELN DA "POR TERMINADA" LA SUSPENSIÓN DE LOS SECUESTROS

En paralelo, el grupo guerrillero Ejército de Liberación Nacional (ELN) dio este lunes "por terminada" la suspensión de los secuestros con fines económicos, al considerar que el Ejecutivo ha incumplido con la creación de un "fondo multidonante para el proceso de paz".

"El ELN da por terminada su oferta de suspensión unilateral de retenciones económicas (...) El Fondo aún no está constituido, el Gobierno muestra poca voluntad para avanzar en este campo", señaló la Dirección Nacional de esa guerrilla en un comunicado.

Ante dicha declaración, la delegación del Gobierno respondió en otro comunicado que en los diálogos de paz "siempre ha dejado en claro al ELN que el comercio con seres humanos no tiene ninguna clase de justificación y su eliminación no es objeto de ninguna transacción por parte del Estado colombiano".

"Esperamos que el ELN mantenga el compromiso adquirido ante la sociedad colombiana y la comunidad internacional y ponga fin a cualquier forma de secuestro", añadió la delegación gubernamental.

Las partes anunciaron en diciembre del año pasado, en el quinto ciclo de negociación, celebrado en Ciudad de México, que esa guerrilla cesaría los secuestros con fines económicos.

La jefa negociadora del Gobierno, Vera Grabe, aseguró a EFE el 28 de febrero que el grupo armado había liberado a todas las personas que estaban reportadas y verificadas como secuestradas con fines económicos hasta diciembre de 2023.

Se tiene previsto que las delegaciones del Gobierno y el ELN se reúnan en Caracas entre el 20 y el 25 de mayo para firmar un nuevo acuerdo en el marco de la negociación de paz, que retomaron en noviembre de 2022, pero no se sabe qué pasará tras la decisión del ELN de reanudar los secuestros.

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