EL MISTERIO DE LA GORRA QUE EL PRESIDENTE PETRO NO SE HA QUITADO EN UN MES

El presidente Gustavo Petro lleva más de un mes estrenando un look algo peculiar: una gorra que no se quita nunca. En todas sus apariciones públicas desde finales de marzo, una cachucha (como se dice en Colombia) le cubre la cabeza. No importa si está en un espacio abierto o cerrado. En algunas ocasiones ha sido negra, en otras azul o beige; siempre lleva el escudo nacional. La primera vez que se notó fue porque la usó durante la posesión de la magistrada Gloria Gómez del Consejo de Estado, dentro de la Casa de Nariño, la residencia del jefe de Estado. No tenía la elegancia de su traje negro, pero no generó gran conmoción. Desde entonces le ha acompañado en todo tipo de acto imaginable: en la gran marcha que él convocó el Primero de Mayo, en los Consejos de Ministros, en reuniones con empresarios, hasta le regaló una a su homólogo brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, cuando se reunieron hace unas semanas en Bogotá. La omnipresencia del accesorio es tan evidente que ha empezado a causar curiosidad y especulación en redes, donde parece que todo el mundo tiene la misma pregunta: ¿Qué pasa con la gorra de Petro?

La llegada de la cachucha coincidió con el inicio de la temporada de lluvias ―“En abril, aguas mil”, dice el dicho―. Sin embargo, las hipótesis sobre el nuevo atuendo tienen poco que ver con las condiciones climáticas, más en un mes en el que las lluvias tardaron en llegar. La teoría más sonada es que Petro la está usando para proteger su cabeza luego de haberse hecho un implante capilar. Néstor Morales, el director del popular programa de radio Mañanas Blu, lo planteó el pasado 10 de abril en respuesta a una solicitud de un compañero. “A Petro le pasa algo raro, oculta alguna vaina [cosa]. Cuéntele al país”, le exigió el analista político Felipe Zuleta. “Confirman en la Casa de Nariño que el presidente está en el tema de implantes de pelo”, contestó Morales. Justo un día antes, Petro se había reunido con su homólogo venezolano, Nicolás Maduro. Ambos usaron gorra, y a través de la parte trasera de la cachucha del colombiano se veía una zona calva en su cabeza.

El periodista de investigación Jorge Espinosa, de Caracol Radio, confirmó ese mismo día la teoría de Morales. “Es correcto. (…) El asunto de la cachucha y el presidente tiene que ver más con la vanidad, a la que cada cual tiene derecho, que con otros temas”, declaró en X. “El implante de pelo es un derecho que debería ser constitucional. Lo digo yo, que soy calvo. Y necesita... pues cachucha”, agregó con ironía media hora después. Aunque es una versión de los hechos que se ha viralizado en redes, no la corroboran los voceros de la Presidencia. El equipo de prensa de Petro no dado una explicación pública sobre el tema. Tampoco respondió a las preguntas al respecto por parte de EL PAÍS.

También existen otras versiones de la historia detrás de la gorra ―algunas más creíbles que otras―. Varios diarios han sugerido que se trata de “una decisión institucional para enfatizar del uso escudo nacional”. Otros han propuesto que se trata de una simple cuestión de estilo. La teoría más descabellada pertenece a la senadora de ultraderecha María Fernanda Cabal. En entrevista con Semana, alegó el 29 de abril que Petro se había rapado la cabeza como parte de un ritual: “Lo que han dicho es que se fue a Cuba de Semana Santa, deberíamos averiguar, y que se volvió santo. O sea a través de la santería, que él práctica (...) El mismo Roy Barreras [embajador de Colombia en Londres] un día me lo contó. Se rapó el pelo y dizque tiene que estar tres meses sin pelo como un rito de la santería”.

Al día siguiente, Barreras acudió a X para rechazar las acusaciones y burlarse de Cabal. “Divertida, senadora (porque aunque no lo crean ella es un chiste aunque sea perversa). Estás delirando (¿o soñando conmigo quizás?). Jamás te he contado semejante cosa”, declaró. A continuación enfatizó que es católico y que no practica la santería.

Aunque no hay una respuesta oficial sobre la omnipresente cachucha de Petro, hay algo que sí está claro: ha generado mucha intriga. Tanta es la conmoción que el pasado Primero de Mayo, cuando miles de sus simpatizantes llenaron el centro histórico de Bogotá en apoyo de su presidente, su mandato y sus reformas, varios vendedores ofrecían un producto algo peculiar: una réplica de la gorra presidencial.

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