LA CáMARA DE DIPUTADOS ARGENTINA RATIFICA LA LEY DE DESGUACE DEL ESTADO IMPULSADA POR MILEI

Finalmente, a seis meses y medio de asumir la presidencia, Javier Milei pudo celebrar la aprobación del primer paquete de leyes impulsado por su Gobierno. La llamada Ley Bases, con la que intentará transformar a la Argentina bajo el influjo de su credo ultraliberal, obtuvo 147 votos a favor, 107 en contra y 2 abstenciones en la Cámara de Diputados, tras una sesión que duró más de 13 horas este jueves. Si bien debió ceder en sus ambiciones originales y negociar con la oposición para lograr la sanción, el presidente que se define como un topo llamado a destruir el Estado desde adentro consiguió que el Congreso le delegue facultades legislativas extraordinarias en materia administrativa, económica, financiera y energética. La norma aprobada prevé el desguace del aparato estatal, la desregulación de la economía y del mercado laboral, la privatización de empresas públicas, beneficios para grandes empresas, blanqueo de capitales y reformas fiscales, entre otras medidas.

“Es un hito histórico y monumental para la historia argentina”, festejó Milei tras la aprobación y anunció el lanzamiento de una nueva etapa de su Gobierno. El mandatario siguió el debate desde la quinta presidencial de Olivos, mientras que en el Congreso se dejaron ver su hermana, Karina Milei, secretaria general de la Presidencia, y su jefe de Gabinete, Guillermo Francos, principal operador del Ejecutivo detrás de las negociaciones parlamentarias.

Bajo la denominación de Ley de Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos, el proyecto insignia de Milei había sido presentado inicialmente en diciembre pasado, días después de la asunción del mandatario, y su primer tratamiento en el Congreso culminó en un estrepitoso fracaso. La segunda versión del megaproyecto perdió más de la mitad de los 664 artículos originales y quedó dividida en dos, la Ley Bases en sí y el paquete de reformas fiscales. Ambas iniciativas fueron aprobadas en abril en Diputados y hace dos semanas en el Senado, en medio de masivas protestas de organizaciones sociales y sindicales. Como los senadores introdujeron cambios en las leyes, este jueves los proyectos debieron ser tratados y votados nuevamente en la Cámara de origen. Diputados podía insistir en su media sanción o aceptar las modificaciones, como finalmente ocurrió. Salvo en el caso de la reforma fiscal, lo que generó el gran debate de la jornada y el anuncio de múltiples impugnaciones judiciales.

En el camino parlamentario, el Gobierno de Milei debió hacer numerosas concesiones y acordar con aquellos que el presidente denuesta como la “casta política”. Entre otras cosas, tuvo que reducir de 41 a 8 la cantidad de empresas públicas a privatizar —por ejemplo, fueron excluidas Aerolíneas Argentinas, YPF, Banco Nación, Correo Argentino y Radio y Televisión Argentina—. También debió declinar la reforma previsional que pretendía, así como la potestad de disolver organismos públicos vinculados con la ciencia y la cultura. Además, tuvo que aceptar acotar el alcance del nuevo Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI) a los sectores de energía, industria forestal, minería, infraestructura, tecnología, turismo, siderurgia, petróleo y gas.

Con 38 diputados sobre un total de 257 y con 7 senadores sobre 72, en amplia minoría en ambas cámaras, el oficialismo se apoyó en sus aliados del PRO —el partido liderado por el ex presidente Mauricio Macri— y negoció con los bloques de la oposición dialoguista, en especial la Unión Cívica Radical (UCR), el peronismo no kirchnerista y fuerzas provinciales. Esos sectores fueron los que finalmente avalaron la aprobación. El rechazo corrió por cuenta del peronismo kirchnerista, la izquierda y el socialismo, entre otros.

El debate y las impugnaciones

Con los acuerdos en torno a la Ley Bases ya cerrados antes de la sesión, la gran discusión de la jornada se centró en el paquete fiscal. El proyecto de reforma tributaria promovido por Milei incluía, principalmente, dos cuestiones. Por un lado, la restauración del impuesto a las ganancias (a la renta) para cerca de un millón de trabajadores con salarios altos, cuya eliminación había votado el propio Milei el año pasado, cuando era diputado. Se trata de un tributo clave para el financiamiento de las arcas provinciales. Por otro lado, una reducción del impuesto a los bienes personales (al patrimonio), en beneficio de los sectores sociales más acomodados. Ambas cuestiones habían sido votadas afirmativamente por Diputados en abril, pero luego el Senado las había excluido del proyecto aprobado.

La Constitución argentina establece que si un “proyecto de ley” es “desechado totalmente por una de las Cámaras” legislativas no podrá volver a tratarse en el mismo año. Gran parte de la oposición, con el respaldo de reconocidos juristas, sostuvo que las reformas fiscales rechazadas por el Senado son equiparables a proyectos de ley, dado que tenían autonomía normativa dentro de una megapropuesta que abarcaba numerosas leyes, y que por eso ya no podían debatirse este año. En cambio, el oficialismo y sus aliados argumentaron que la ley había sido aprobada en general y que se habían modificado algunos artículos en particular, por lo que Diputados estaba en condiciones de insistir en la votación del proyecto original, es decir, con ganancias y bienes personales incluidos.

El contrapunto afloró una y otra vez durante las trece horas de sesión. La votación del paquete fiscal fue el último acto de la jornada y el oficialismo logró ratificar la letra que había aprobado Diputados en abril pasado, aunque con un resultado más ajustado que con la Ley Bases. En el caso del impuesto a la renta, fue aprobado con 136 votos a favor, 116 en contra y 3 abstenciones. En el caso de bienes personales, con 134 a favor, 118 en contra y 3 abstenciones.

Más de 70 sindicatos de distintos sectores anunciaron que impugnarán la reforma fiscal ante organismos internacionales y ante la Justicia, donde reclamarán la inconstitucionalidad de su aprobación. También adelantaron que tomarán medidas de fuerza los gremios con mejores salarios, los más afectados por la restitución del impuesto a los ingresos desde 1.800.000 pesos (unos 2.000 dólares, al cambio oficial).

El día después

Horas después de la sesión en Diputados, ya en la mañana del viernes, Milei se mostró exultante en TV. Celebró la sanción de sus leyes y la definió como “un hito”, como “la reforma estructural más grande de la historia”. En una entrevista con el canal La Nación +, proclamó el inicio de una nueva fase en su Gobierno: “Hemos logrado consolidar el déficit cero. Ahora vamos a la etapa de emisión cero y se viene el cambio de régimen monetario”. Milei confirmó que la próxima semana ingresará en su gabinete de ministros el hasta ahora asesor Federico Sturzenegger, en una cartera dirigida a modernizar el Estado. También anunció que presentará una “ley de hojarascas”, un proyecto para remover “un conjunto de regulaciones que entorpecen el funcionamiento del sistema económico. Son cien leyes que se eliminan”.

El presidente se entusiasmó con la idea de que ahora Argentina “empieza a parecerse a países como Alemania, Francia e Italia” y se dirige por “un sendero de crecimiento” rumbo a “cuadruplicar el PBI pér capita”. Prometió que en la segunda etapa de su administración surgirán los “réditos de la estabilización”, se empezará “a terminar definitivamente el problema de la inflación” y comenzarán a mejorar los salarios y las jubilaciones. Aseguró que entonces “estarán las condiciones para salir del cepo” —las actuales restricciones en el mercado de divisas— y que la dolarización —un eje de su campaña que relegó al asumir— “va a ocurrir naturalmente”.

Fortalecido tras seis meses de incipiente desgaste para su figura, Milei apuesta ahora al relanzamiento de su Gobierno. Para el 9 de julio, fecha en que se celebra la independencia de Argentina, convocó a un encuentro en la provincia de Tucumán, donde pretende reunir a gobernadores, expresidentes, legisladores, así como representantes empresarios y sindicales, para firmar un pacto nacional. El acuerdo incluirá un decálogo de principios y mandatos a seguir, conformado por sus habituales leitmotivs: la inviolabilidad de la propiedad privada; el equilibrio fiscal innegociable; la reducción del gasto público y de la presión impositiva; la apertura al comercio internacional; reformas política, laboral y previsional. Con las herramientas que le dan las leyes que tanto reclamó en la mano, Milei sabe que ahora comienza su verdadero mandato y que será el principal responsable de lo que suceda.

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